Apenas me enteré que Bea Johnson, pionera y abanderada en el mundo del “Zero Waste”, venía a Panamá, me apresuré a comprar la boleta. El verla en persona me generaba gran curiosidad. Curiosidad no solo por oír de primera mano el proceso por el cual ha pasado para llegar a producir tan poca basura, sino también por verla físicamente. Cuando a uno le dicen que una persona genera en un año tan poca basura, que cabe en un frasco de vidrio de más o menos medio litro, me alcancé a imaginar que se trataba de alguien un poco raro, bien obsesivo y hasta “freaky”. Para mi sorpresa, me encontré con una mujer radiante y a quien se le ve feliz. Además, tiene un gran sentido del humor, no juzga a los que viven una vida “normal”, y tampoco anda regañando a los que generan basura. Por el contrario, Bea es muy inspiradora y, lo mejor, está en paz con el mundo que la rodea.
Bea es una francesa afincada en California donde vive con su marido, sus dos hijos y un perro. Entre todos generan muy poca basura viviendo de una manera normal. Trabajan, estudian, van en familia al cine o a restaurantes y, como cualquier otra familia “normal”, también tienen amigos con quienes comparten y hacen fiestas en su casa. Por sus comentarios y las fotografías que mostró durante la charla, se puede deducir que ella y su familia gozan de una vida normal con placeres y lujos maravillosos. Por lujos me refiero a que en familia pasan mucho tiempo juntos, hacen viajes a lugares recónditos y llevan a cabo experiencias únicas, disfrutando de lo importante en lugar de gastar tiempo y dinero comprando y desechando cosas innecesarias.
Bea ya sabe donde comprar sus alimentos y por eso su despensa y nevera contiene ingredientes locales, de temporada y a granel. Además, entre chiste y chanza revela, como es de esperarse de una francesa, que disfrutan del buen queso y del vino. Como si fuera poco, su casa luce muy bonita; está equipada con muebles y objetos de segunda mano o que han sido producidos con garantías de por vida. ¡Sí, de por vida! Es decir, objetos tales como maletas o paraguas la acompañarán para siempre. Como pueden ver, no es que Bea y su familia se priven de lo verdaderamente importante.
Su proceso de convertir su hogar en uno libre de basura comenzó hace poco más de diez años, cuando al vivir un año en un apartamento pequeño de manera transitoria con solo lo esencial, se dieron cuenta que no necesitaban la mayoría de las cosas que ya poseían o que normalmente compraban. Fue en ese momento donde empezó el proceso de deshacerse de lo que no necesitaban y de pensar muy bien lo que traían a casa.
Bea nos explicó que vivir generando menos basura o desperdicios no se logra de la noche a la mañana. Requiere encontrar un balance y sobre todo adoptar cambios que se adapten a cada persona. La clave es encontrar e incorporar aquellos cambios que uno se vea haciendo el resto de la vida. Su metodología consiste en 5 pasos fundamentales, los cuales se deben seguir en orden y que son: rechazar lo que no necesitas, reducir lo que sí necesitas, reutilizar lo que ya tienes, reciclar sólo lo que no puedes rechazar, reducir o reutilizar y por último, compostar. Bea escribió un libro titulado: Residuo Cero en Casa, donde relata y da consejos de cómo lograrlo y donde nos empodera como consumidores conscientes para poder rechazar y remplazar productos o aprender a decir no a lo que constantemente nos quieren dar gratis o vender para luego responsabilizarnos de su desperdicio. Ejemplo, todos esos esferos y agendas que nos regalan en las conferencias o el champú y crema humectante que nos ofrecen de manera atractiva en los hoteles. Esto es importante por que al rechazar, no solo estamos dejando de traer basura a casa, sino que además estamos transmitiendo un poderoso mensaje que dice no estar de acuerdo con la manera como nos presentan un producto. Bea sostiene que este estilo de vida no solo es inspirador, sino que también contagioso. El libro ya ha sido traducido a 25 idiomas.
Pero ¡ojo! Bea nos hace caer en cuenta que el generar menos basura no se trata de salir a comprar una nueva serie de artículos como carrizos reutilizables o vasijas biodegradables, entre otros artículos que se están empezando a poner de moda. Tampoco se trata de pretender hacerlo todo uno mismo y montar un centro de producción de jabón artesanal, líquido de limpiar vidrios o una panadería en casa, por ejemplo. Por el contrario, se trata de ser práctico y buscar soluciones que probablemente ya uno conoce o tiene en casa como es llevar tus propias bolsas o vasos al mercado y abastecerte en lugares que vendan a granel. Es más, el estilo de vida Zero-Waste está aquí para hacerte la vida más fácil, no para complicártela.