La alimentación en los niños es un aspecto prioritario en su salud. La manera como ellos coman en los primeros años de vida marcará su bienestar para toda la vida, ya que de su nutrición no sólo depende su desarrollo y crecimiento, sino también las posibilidades de padecer enfermedades crónicas en la vida adulta. De la misma manera, los hábitos alimenticios que los niños adquieran durante sus primeros años de vida, influirán en sus elecciones alimenticias cuando sean grandes, evitando así que en el futuro deban luchar contra el sobre peso o contra malas costumbres.

Pero, ¿cómo hacer para que los niños aprendan a comer de una manera sana y variada? Lo primero que debemos entender como padres es que aprender a comer es un proceso largo, el cual requiere de mucha paciencia, constancia y amor. La clave del éxito de esta labor no está en pensar que uno, como padre, debe hacer que el niño coma algo, pase lo que pase. Está más bien relacionada con en el compromiso de los padres en brindar una gran variedad de alimentos saludables de manera constante y en exponer a los niños al mundo del buen comer. Es decir que nuestra responsabilidad como padres está en inculcar hábitos desde el principio, que motiven a los niños a que prueben cosas diferentes y que se sientan atraídos por la buena comida.

¿Cómo comenzar a cambiar hábitos en casa, si los niños ya han llegado al punto en que sólo comen lo que se les antoja, su dieta no pasa de pasta, nuggets de pollo, pizza o perro caliente y no prueban nada diferente? A continuación comparto los tips más poderosos para lograr que tus hijos adquieran buenos hábitos desde una edad temprana a la hora de comer. Mi recomendación es que estos sean incorporados paso a paso y sin estrés, pues lo primordial es que las hora de la comida se convierta en un ritual divertido donde se comparte en familia.

1. Empecemos por cambiar nosotros mismos nuestros hábitos. El ejemplo que damos a nuestros hijos cuando comemos es la herramienta más poderosa que tenemos para invitarlos a interesarse por la comida en general. Los niños se dan cuenta de todo lo que comes y como lo haces. Por eso, asegúrate de que comes y disfrutas de la comida saludable, llevando una dieta que incluya gran variedad de frutas y verduras, poca comida procesada y que además celebras la hora de sentarte a comer. No se trata de sobreactuar, ya que ellos pueden notar la diferencia y puede ser contraproducente al ellos pensar que se trata de un juego.
2. Lleva a tus hijos al mercado, preferiblemente a los campesinos. Estando ahí, ellos pueden ayudar a echar los alimentos en las bolsas o llevar el carrito. A los más pequeños ponlos a decir los nombres y colores de frutas y verduras que van tomando. Todo esto hará que ellos empiecen a relacionarse con los alimentos desde su aspecto original y sea más probable que lo prueben una vez haya sido preparado o haga parte de una receta.

3. Invítalos a cocinar. Pidiéndole a tu hijo que te ayude con una tarea corta y sencilla no te complicará la vida y contribuirá a despertar su interés por los alimentos. Puedes invitarlo a que te ayude a machacar el aguacate o a rallar el queso para la tortilla, a rebanar la zanahoria que irá a una sopa, o el tomate de la ensalada. Esto le generará emoción a tu hijo y le hará sentirse mayor y útil.

4. Cuando salgan a comer en familia a un restaurante, trata de no ofrecer el menú de niños. Entre más temprano aprendan los niños a comer lo que tú comes, más entretenidas serán las salidas en familia. Esto aplica para las comidas en casa, no te acostumbres a preparar dos menús diferentes, los niños deben aprender a comer lo mismo que todos en casa lo mas pronto posible.

5. Sigue ofreciendo comida saludable todos los días así no la coman. Si bien, puede ser frustrante preparar y servir comida que uno de entrada sabe que los niños no van a querer ni siquiera probar, debemos tener en cuenta que las preferencias en los niños van cambiando y que la posibilidad de que un día lo prueben aumenta si la continuamos ofreciendo con cierta regularidad. Eso sí, debes asegurarte de que en cada comida haya por lo menos un alimento que tu hijo coma con gusto, para que la experiencia sea más amigable y el niño no sienta que los estás forzando.

6. Restringe las meriendas. Es sabido que a los niños les da hambre entre comidas y por ende, seguir esta sugerencia en muy difícil. Pero la verdad es que entre mas coman los niños entre las comidas, con menos apetito llegaran a la mesa. Esto, por supuesto, dificulta aún más la posibilidad de que los niños quieran probar algo nuevo. El apetito o en este caso, el hambre es la mejor forma de hacer que los niños cedan a probar un nuevo alimento o una preparación diferente. Cuando tu hijo tenga hambre entre comidas, ofrécele primero agua o una fruta con bajo contenido de azúcar y así evitas que su apetito disminuya.

7. Busca recetas entretenidas y sabrosas. A veces los padres, al querer hacer comida saludable para niños, optan por usar pocos condimentos o aderezos. No tengas miedo en ofrecer las verduras con salsas a base de un poco de mantequilla, queso o con ciertas especies. Estas le darán un toque especial a tus comidas y si usas ingredientes, como azúcar u otras ingredientes refinados, desde que sean preparadas en casa y los ingredientes no tan saludables sean añadidos con moderación, nunca serán tan dañinas como las que se consiguen envasadas. También puedes optar por opciones que hay en el mercado de salsas que vienen sin preservativos ni azucares añadidos.

8. No ofrezcas la comida como un premio ni la restrinjas como un castigo. Muchos padres, abuelos o quienes se hacen cargo de nuestros hijos estamos acostumbrados a darles comida como recompensa por hacer algo bien, o de lo contrario, decir que no hay postre o dulce si no hace tal cosa. Esto es un mal hábito, ya que en la adultez ellos mismos recordarán estas experiencias y a través del subconsciente, recurrirán a la comida como medio de calmar su ansiedad o de premiar sus actos. La comida es para brindarnos beneficios alimenticios y debe ser disfrutada por lo que es y en su momento.

9. Debemos acostumbrar a nuestros hijos a comer en la mesa y no mientras vemos televisión o el celular. La comida no debe ser combinada con otras actividades, ya que permite que los niños se distraigan y coman más o menos de lo que el cuerpo les esta pidiendo.

10. Hacer ejercicio va de la mano con la buena alimentación. Invita a tus hijos a hacer ejercicio constantemente, esto no sólo ayuda a que ellos mantengan un peso adecuado, sino que además influye en su apetito. Esto jugará a tu favor en el momento de ofrecer una rica comida llena de nutrientes y alimentos variados.